Las autoridades aeronáuticas españolas, a la cola de Europa en medidas contra la pandemia

La Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA), ha sido el organismo de toda la Unión Europea que ha propuesto más tarde las medidas contra la pandemia en el ámbito de la aviación general y la formación. Tras más de mes y medio de confinamiento, finalmente ha publicado una resolución para regularizar y oficializar la enseñanza telemática, así como la extensión de licencias y habilitaciones de vuelo, y los exámenes en los propios centros de formación, siendo esta última medida una reclamación histórica de las escuelas de formación aeronáutica de España, que llevaban años reclamándola para evitar desplazamientos innecesarios de sus alumnos. Sólo los trágicos acontecimientos de la pandemia han forzado a nuestra administración a actuar tras años de llevar aprobada en otros países europeos, y aún así, las condiciones impuestas para la realización de exámenes en centros de formación aeronáutica llegan plagadas de requisitos innecesarios que dificultan y retrasan todavía más su implementación.

Esas medidas, aunque bienvenidas y largamente esperadas por todo el sector, llegan trágicamente tarde. Mientras que en la vecina Portugal fueron aprobadas en cuestión de días tras iniciar la cuarentena, en España hemos tenido que esperar más de 6 semanas de confinamiento para su puesta en marcha y aplicación. Sin embargo, la situación dista de estar arreglada a día de hoy, ya que a ninguna escuela de pilotos española se le permite volar, una situación única y anómala en toda Europa, donde incluso en Italia, epicentro de la pandemia, son permitidos los vuelos de instrucción.

A eso se le une que a día de hoy, el sector de la aviación general y aviación ligera sigue sin tener ningún plan de desescalada. Ni si quiera los vuelos necesarios para el mantenimiento de las aeronaves han sido considerados actividad esencial, a pesar de tratarse de vuelos en solitario necesarios para la seguridad de la posterior operación aeronáutica una vez se reanude la actividad. Mientras tanto, los vuelos de instrucción siguen en un limbo legal al estar las escuelas de pilotos bajo el mismo paraguas de la enseñanza convencional, a pesar de que hablamos de vuelos ocupados por tan sólo dos personas, instructor y alumno, no de una vuelta a las aulas.

Desde AEFA queremos hacer patente nuestra más enérgica queja ante la inacción y pasividad de la administración pública española, que parece no haber tomado conciencia de la gravedad de la total paralización y hundimiento de nuestro sector, olvidado y abandonado a su suerte ante una de las mayores crisis de los últimos años. Y sin tomar en consideración la imposibilidad real de poner en práctica en muchos casos las propias medidas que proponen.

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