Tras un periodo de incertidumbre en el que se especuló que el uso de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 podría invalidar el CIMA, la agencia americana de aviación FAA ha reculado en su escepticismo inicial: todo piloto que reciba la vacuna del COVID-19 seguirá teniendo su certificado médico aeronáutico en vigor y será considerado apto para volar, salvo por un breve periodo de 48 horas después de haber recibido una de las dos dosis de dicha vacuna.
Asimismo, la siguiente reivindicación de los sindicatos de pilotos americanos consiste en obtener estatus prioritario para la administración de dicha vacuna, después del personal sanitario. No en vano, el transporte de mercancías se considera una actividad esencial (recordemos que la mayor parte de la logística de suministros médicos se realiza por vía aérea), y muchos pilotos de carga han cáido enfermos al trabajar durante esta pandemia. Esperamos que por lo menos puedan recibir la protección que necesitan.