Tras las reticencias de la Comisión Europea y posterior anulación de la compra de Air Europa por parte del grupo IAG, este ha activado su «plan B» para seguir creciendo: embarcarse en una de las ampliaciones de flota más ambiciosas de la historia de Iberia, el llamado Plan de Vuelo 2030.
Dicho plan consiste, en esencia, en adquirir el mismo número de aviones que habría sumado Iberia de haber seguido adelane su fusión con Air Europa, abrir nuevas rutas hacia Brasil, Canadá y Asia, y desarrollar en Madrid el mayor hub del sur de Europa.
Esos planes de expansión se ven apuntalados por los buenos resultados de la compañía: Iberia finalizará el 2024 creciendo un 14% más de lo previsto, cifras sobre las que ya hay un primer muestreo en los resultados de IAG atribuidos al primer semestre del ejercicio. El beneficio neto fue de 905 millones de euros, mientras que el beneficio operativo ascendió a 1.309 millones.
Si a eso le sumamos la incorporación en Octubre del A321 XLR (Iberia será de las primeras aerolíneas en operarlo), así como las compras ya anunciadas de nuevos A350-900, poodemos concluír que el futuro inmediato de Iberia pasa por una mayor flota. Y por lo tanto, por una mayor plantilla de pilotos.
